Noticia - Belleza / Estética

Gisele Delorme

Las franquicias de belleza muestran todo su atractivo en México

14.11.2014

En México, el mercado de belleza está valuado en 13,000 millones de dólares. De acuerdo con el Instituto Nacional de Geografía e Informática (INEGI), los mexicanos destinan 4.1% de sus presupuesto a servicios de belleza y salud, siendo aquellos con educación media y superior o más los que más recursos apartan para este fin. En el país, según el organismo de estadística, existen 133,349 salones y clínicas de belleza, así como peluquerías.

Carmina Cisneros indica que una franquicia de belleza en México ronda los 700,000 a 800,000 pesos. En el caso de Gisele Delorme la cifra es de 900,000 a 1 millón de pesos. Se trata, afirma, de un mercado en constante evolución, que en los últimos 10 años ha ampliado su cartera de clientes.

“Hace 10 años el spa era un lugar de relajamiento para señoras que lo podían pagar, era un nicho muy definido. Ahora se ha roto ese tabú, en nuestra franquicia piloto vemos que 40% de nuestros clientes son caballeros que buscan exactamente lo mismo: la sensación de bienestar y aliviarse del estrés”.

La empresaria afirma que el éxito de este tipo de negocios es tal que al tercer mes de haber inaugurado la sucursal piloto de Altavista llegaron al punto de equilibrio. En este lugar se ofrecen diversos tipos de masajes y maquillaje, así como la venta de productos de belleza de la marca Delorme.

“En los últimos 10 años, el mercado ha crecido 10%, hay muchos establecimientos que han abierto, pero también es cierto que muchos otros han cerrado debido a la crisis. A nosotros no nos ha pegado porque es un concepto muy completo”, sostiene.

Lo que distingue a Gisele Delorme, indica, es la personalización del servicio. Desde que el cliente pone un pie en la sucursal se le recomiendan los productos adecuados a su tipo de piel “en ese momento de su vida”. La línea de productos se fabrica con base a aceites esenciales y sueros que se mezclan con las cremas y mascarillas, entre otros.

Además ofrece servicios de cabinas de bronceado, el cual ha sido muy demandado por los clientes. “Tenemos una cabina doble y otra sencilla, con una asistencia de cinco a seis personas diarias, los tratamientos duran entre una hora y una hora y media. A ocho meses de apertura hemos tenido que negar citas porque están completamente llenas”, afirma.

La empresa apunta hacia los hombres y mujeres de 40 años en delante de los sectores A y B+, precisa Cisneros. Indica que para tener éxito en esta clase de empresas es necesario que quien esté al frente esté decido a trabajar.

“Para alguien que nada más desea invertir para tener un negocio, no funciona.
Se necesita mucha dedicación, no necesitan conocer el medio de belleza, aunque nosotros le damos el Know How, lo capacitamos en masajes y productos de belleza. Hay que moverse mucho por lo menos un par de años hasta establecer una buena base de clientes. No es un negocio para abrir la puerta y esperar que lleguen los clientes, hay que trabajar para tener resultados. Lo vemos con nuestra franquicia de Satélite, que a pesar de la crisis va muy bien, porque sigue los lineamientos”, concluye.