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México se beneficia del fortalecimiento de la economía de E.E.U.U.

01.10.2014

Los datos que confirman la recuperación de la economía de EEUU cada vez son más evidentes. La fortaleza de la reactivación se está extendiendo a todos los segmentos de la economía, donde sólo las exportaciones podrían debilitarse si el dólar continua fortaleciéndose.

La economía estadounidense ha cogido velocidad de crucero apoyada en una clara recuperación de los consumidores. La reactivación del mercado laboral, la caída del precio de los combustibles y la estabilización del mercado inmobiliario han permitido que los consumidores estadounidenses mejoren su capacidad de consumo.

Uno de los grandes beneficiados de la fortaleza de la economía estadounidense es su vecino México. Tras un par de años en los que el Gobierno mexicano ha acometido un plan de reformas estructurales encaminadas a asentar las bases del crecimiento futuro, empiezan a verse los frutos de los esfuerzos realizados.

La economía mexicana se encuentra en proceso de trasformación para reducir su dependencia del crudo, diversificando las fuentes de crecimiento del país. El otro gran soporte de la economía mexicana es la evolución de su vecino del norte, con el que mantiene una intensa relación comercial.

A medida que se confirma la recuperación en EEUU también se consolida la reactivación económica de México, que podría volver a tasas de crecimiento superiores al 4% a partir del año 2015.

Para 2014, la estimación oficial sitúa el crecimiento económico en el 2,7%, lo cual confirmaría que lo peor de la recesión ha quedado ya en el pasado. Por su parte, la agrupación de empresarios de México estima que se podría cerrar el año algo por debajo de la cifra oficial, con un crecimiento cercano al 2,4%.

El Gobierno mantiene sus previsiones ya que la reciente aceleración de la economía estadounidense podría suponer un buen impulso de cara al último trimestre, lo cual permitiría que se cumpliesen los objetivos.

Lo más positivo de este proceso de recuperación es que no se basa en un solo segmento de la economía, sino que se está produciendo a lo largo de casi todos los segmentos económicos del país. La industria está demostrando un gran dinamismo y la construcción ha vuelto a crecer tras algunos trimestres de estancamiento.

De cara al año próximo las expectativas son aun mejores puesto que a la incipiente recuperación del sector privado se une la instrumentación eficaz del programa de reformas estructurales que incluye un importante plan de inversión en infraestructuras.

La estabilidad política es el ingrediente necesario para que se pueda aprovechar el dinamismo económico que proporciona la pujante economía de EEUU.

Además, si se confirma la apertura de algunos mercados estratégicos, tendrá lugar la entrada de nuevos competidores, mayores inversiones de capital extranjero y una mejora en las condiciones de crédito como respuesta a la reforma del sector financiero.

El sector de las telecomunicaciones y el energético serán los que atraigan mayor flujo de inversiones tanto de dinero local como de capitales internacionales.

Todo lo anteriormente comentado, junto a la robusta evolución de la economía de EEUU, proporciona a México la posibilidad de confirmar y consolidar una nueva etapa de crecimiento económico.

Las buenas perspectivas del país no deben esconder las dos mayores lacras que todavía sufre la sociedad mexicana y que podrían desestabilizar las buena ejecución de la recuperación económica.

La inseguridad ciudadana y la violencia de los cárteles de la droga tienen en jaque a una gran parte del país. La influencia del crimen organizado no permite el normal desarrollo de los negocios y coacciona la capacidad del Gobierno para implementar las reformas necesarias.

Por otro lado, México necesita poner las bases para que se desarrolle una clase media lo suficientemente sólida que garantice una mayor igualdad y equilibrio en el crecimiento económico del futuro.