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México, China y Brasil, tres economías en auge

10.06.2013

En China, al Estado le compete dirigir a la sociedad en su conjunto hacia los objetivos planteados por el proyecto de país.

La economía China es, desde 1979, la que ha tenido una mayor tasa de crecimiento económico sostenido, durante más tiempo, en toda la historia de la humanidad. Ha duplicado su ingreso nacional cada ocho años; lo cual quiere decir que su Producto Interno Bruto, es ahora, cuatro veces lo que era en aquel año. Decenas de millones de chinos han dejado de ser pobres y la expectativa de sus jóvenes es la de tener una educación, un empleo y un nivel de vida muy superiores a los que tenían sus padres; sobre todo, ahora, que el Partido Comunista Chino ha decidido enfocar sus políticas públicas hacia el desarrollo del mercado interno.

En estos días, con la visita del presidente Xi Jinping, es conveniente sacar a relucir algunas de las lecciones que nos da su experiencia de los últimos 34 años. Desde la década de los ochenta los gobiernos mexicanos apostaron por la aplicación de políticas neoliberales, mientras que en China el gobierno participó activamente en el impulso a la industrialización. Mientras que con la crisis de 2008, en 2009 la economía mexicana decreció casi 7%, en China no dejó de crecer porque su modelo no dependía en exceso de la demanda externa ni de la entrada de capitales extranjeros. A diferencia de la economía mexicana, en la que los servicios muy poco productivos ocupan la mayoría del empleo y de la participación en el PIB, en China la industria ha seguido ocupando un lugar predominante en ambos temas. Una lección que se desprende de estas experiencias, es que las economías de mercado no se regulan por sí mismas; no se pueden dejar simplemente en piloto automático. La trayectoria de la economía China se inserta en un proyecto de país que no se constriñe a sexenios, como es el caso de México, sino que se expresa en términos de décadas. Tener la certeza del país que queremos para el futuro, permite asumir las mejores políticas en los tiempos presentes. La afluencia a China de la inversión extranjera directa no requirió de la seguridad jurídica que les da la propiedad privada, como lo pregona la ideología liberal, sino la certidumbre de que las políticas públicas seguirían siendo válidas a mediano y largo plazo. En China, al Estado le compete conjuntar esfuerzos y dirigir a la sociedad en su conjunto hacia los objetivos planteados por el proyecto de país, previamente consensados y acordados con los diferentes sectores de la sociedad. Como lo expresó el doctor José Salvador Meza Lora, de cuya ponencia hemos extraído muchas de estas opiniones, el éxito de la economía china requirió visualizar al país en el corto, mediano y largo plazos.

En Brasil, sucedió algo semejante con el Plan Brasil Mayor 2011-2014 cuya política industrial es una estrategia que abarca también la política tecnológica y de comercio exterior del gobierno brasileño. Esa política industrial, tecnológica, de servicios y de comercio exterior está estimulando la innovación y la producción nacional para incrementar la competitividad de la industria, tanto en los mercados internos como en los externos, mediante un diálogo activo con el sector productivo. El sistema de gestión de Brasil Mayor, implica un comité gestor y un verdadero grupo ejecutivo que tiene bajo su gobernanza a los consejos de competitividad sectorial y a las coordinaciones sistémicas de temas como la inversión, la innovación, la formación y calificación profesional, la competitividad de los pequeños negocios y las acciones especiales en desarrollo regional. Como lo explicó el primer secretario de la embajada brasileña en México, Hélio Silva Filho, en uno de los talleres organizados por la Comisión de Competitividad de la Cámara de Diputados, la política industrial brasileña implicó una dimensión vertical con directrices sectoriales y una dimensión horizontal con temas transversales, así como una organización sectorial de cinco sistemas seleccionados previamente. La organización sectorial del Plan Brasil Mayor 2011-2014 implicó cinco grupos que integraban a 19 sectores, con diez metas establecidas en términos de recursos y de porcentajes del Producto Interno Bruto de la economía brasileña.

Con la instalación del Comité Nacional de Productividad, el presidente Enrique Peña Nieto y el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, el Poder Ejecutivo pone su parte para que los legisladores de la LXII Legislatura, una vez publicada en el Diario Oficial de la Federación, el pasado 5 julio, la reforma a los artículos 25 y 26 de la Constitución en materia de competitividad, elaboremos la Ley reglamentaria en ese tema, aprendiendo de las experiencias de las economías emergentes —como China, Brasil, Corea y Singapur— así como de las necesidades y propuestas de soluciones que nos han expresado los emprendedores, trabajadores y especialistas mexicanos que hemos escuchado, desde principios de febrero del presente año, en los 13 talleres que hemos realizado como Comisión de Competitividad de la Cámara de Diputados. Es nuestro propósito presentar al pleno de la Cámara nuestra iniciativa en un periodo extraordinario de sesiones, porque estamos convencidos de que su trascendencia tendrá repercusiones en la naturaleza de las reformas hacendaria y energética que se presentarán a partir de septiembre.