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La comida típica despierta el interés de los inversionistas

05.09.2007

La comida yucateca, chiapaneca, oaxaqueña y en general la cocina tradicional mexicana, además de tener una buena demanda en el gusto de los mexicanos, ha comenzado a despertar el apetito de inversionistas interesados en los secretos de la comida tradicional mexicana, lo que ha propiciado la transformación de éstos negocios en franquicias.

Restaurantes como el chiapaneco, Las Pichanchas; el tapatío La terraza de la abuela; la llamada Alta Cocina Mexicana con restaurantes como María Chuchena y hasta los negocios de antojerías como Mi viejo Pueblito y Potzollcalli; están haciendo prácticamente las delicias del mercado, por su éxito probado.

En entrevista, Mario Enrique Esquinca Micelli, director general del restaurante chiapaneco Las Pichanchas, recordó que fue hace 31 años cuando decidió crear este exitoso negocio "picado" en su orgullo por el comentario de un pariente que un día le dijo: "Oye tu no estás haciendo nada".

"Pensando en un nombre para el restaurante le pusimos Las Pichanchas, porque es un concepto muy chiapaneco, pichancha es un colador que va en las cisternas y que antes se utilizaba para lavar el nixtamal y llevarlo al molino, así que empecé a decorar el lugar con pichanchas, para demostrar que aquí sólo entraba lo bueno", refirió Esquinca Micelli.

Ubicado en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, hoy Las Pichanchas es un modelo de negocios replicable, en proceso de convertirse en franquicia, gracias al extenso número de platillos que ofrece la comida chiapaneca, con un variedad de 12 diferentes tipos de queso y 32 tamales distintos.

"El negocio debe partir de una sola cosa: Que te guste. Cuando te gusta lo que haces las 24 horas del día se te hacen pocas", advirtió el emprendedor chiapaneco.

Entre marimbas, chinchines y parachicos, los comensales pueden degustar la bebida que mereció el registró ante el Instituto Mexicano para la Propiedad Intelectual (IMPI) llamada "pumpo" o bien un riquísimo tazcalate, con sopa de chipilín, acompañado de unos frijolitos con chiles de Simojovel.

Esquinca Micelli aseguró que el concepto de comida tradicional mexicana ha sido un atractivo para los turistas tanto nacionales como extranjeros, debido a que incluso los mismos paisanos desconocen la variedad gastronómica que hay en el país.

Inicialmente La Pichanchas operaba solamente con 14 empleados, pero debido al éxito del negocio actualmente trabajan más de 50 personas, además de un ballet que diariamente ofrece su espectáculo, para atraer a los comensales que llegan de Sonora, Sinaloa, Monterrey, Guadalajara, entre otras partes no sólo del país, sino del mundo para degustar los diferentes platillos de la región.

Mario Esquinca explicó que la comida chiapaneca ha resultado ser un negocio con un atractivo turístico propio, de tal suerte que el Gobierno de la entidad decidió concesionar por 10 años a Las Pichanchas la operación de un segundo restaurante ubicado en el mirador de Copoya, en el cerro de Mactumactzá.

Lo anterior debido a que a finales de este años se planea instalar al Cristo de Copoya, elaborado por el escultor Gabriel Gallegos Ramos, que será el más grande del mundo, superando incluso al del Corcovado, en Río de Janeiro.

Actualmente el costo de la franquicia de Las Pichanchas todavía se discute, pero Esquinca asegura que interesados en adquirir el negocio sobran.

Ejemplos de buenos negocios gastronómicos en el país sobran, como es el caso de María Chuchena, que a pesar de ser un restaurante de reciente creación con apenas 4 años en el mercado ha demostrado su éxito al convertirse en un modelo de franquicia con una buena demanda por parte de los inversionistas interesados en conocer los secretos de la Alta Cocina Mexicana.

El innovador menú del restaurante chihuahuense María Chuchena incluye platillos tan exóticos como el "Chamorro Manglar" o la "Pechuga Adelita", donde se mezclan los colores, olores y sabores de México, rescatando antiguas recetas culinarias con adaptaciones contemporáneas.

En entrevista, Roberto Herrera Bueno, director general de María Chuchena, expresó que el interés de los turistas extranjeros, particularmente los estadounidenses que visitaban asiduamente su restaurante, fue el motivo que le dio la pauta para iniciar en el 2005 el proceso de franquicia.

El costo de la franquicia es de 30 mil dólares, con un retorno de inversión de entre 18 y 24 meses.

Herrera Bueno, aseguro que mensualmente llegan a tener alrededor de 15 mil clientes, lo que demuestra el atractivo del negocio de la comida mexicana.

Actualmente María Chuchena tiene capacidad para albergar hasta a 180 comensales, con una atención personalizada de sus alrededor de 65 empleados y 3 chefs que han participado en el desarrollo de los diferentes platillos.

Y si de algo pueden presumir los yucatecos, además de Chichén Itzá, es de su cocina, no por nada la cochinita pibil, los papadzules, el relleno negro, la sopa de lima y el frijol con puerco, son platillos altamente demandados en toda la república acompañados de la tradicional cebolla morada y su chilito habanero.

Don Jorge Palacio, uno de los creadores de Tacos la Abuela, de comida tradicional yucateca lanza un reto y afirma: "Si quiere conservarse linda y bonita, como cochinita ¡Bomba!".

"Esto de la comida yucateca nació de familia hace casi 20 años, como un restaurante para los empleados de una juguetería que tenía mi familia, que es de origen yucateco"

Sin embargo, oficialmente el negocio nació en hace 7 años la colonia Santa Cruz del Monte y apenas hace 2 años comenzó con su proceso de franquicia a petición de los mismos clientes, quienes no se contentaron solamente con degustar las maravillas culinarias de yucatán.

"Siempre destacando la cochinita pibil, como nuestro platillo principal"

El costo de la franquicia es de 550 mil pesos, pero el dueño vuelve a lanza otra bomba yucateca, para respaldar el éxito del negocio al advertir "Si no le gusta no me paga", dice.

El negocio es un éxito, asegura Jorge Palacio, quien adelanta, "hasta ahora nadie me ha regresado un taco".